jueves, 20 de mayo de 2010

CRONICA/RELATO DE "NO FICCION"


LO HAN HECHO HACE DECADAS, INAUGURANDO LA NO FICCION, EL NUEVO PERIODISMO...
CAPOTE, WALSH...
UN LIBRO DE RECIENTE APARICION ("SI ME QUERES QUEREME TRANSA", EDIT. NORMA), DE CRISTIAN ALARCON, HABLA DE LAS MUTACIONES Y LA EVOLUCION DE LAS CRONICAS Y LA NUEVA GENERACION DE PERIODISTAS (¿CUASI-LITERATOS?) QUE EXPERIMENTAN Y PRODUCEN MATERIALES SOBRE HECHOS Y PERSONAJES RECIENTES, REALES, PERO CON CONDIMENTOS DE LA FICCION, NOVELANDO LA REALIDAD, CONCIBIENDO UN VEROSIMIL CONFIABLE Y EFICAZ.
REVISTAS DE AMERICA LATINA (COMO ETIQUETA NEGRA, GATOPARDO, SOHO, MARCAPASOS, ENTRE OTRAS) Y NUESTRAS Ñ, RADAR, O CULTORES COMO LEILA GUERRIERO, MARTIN CAPARROS Y OTROS PLASMAN ESTA POSIBILIDAD NOTABLE DEL LENGUAJE PERIODISTICO, DE LOS NUEVOS FORMATOS QUE FUSIONAN Y BUSCAN AL LECTOR ADECUADO, EN ESTE SIGLO 21 DE EXPERIMENTACION, PRUEBA Y FUERA DE MARGEN.
EN 1993/4, ENCARE UN TRABAJO SOBRE EL BARRIO EJERCITO DE LOS ANDES DE CIUDADELA (FUERTE APACHE). LA IDEA ERA UNA NOVELA COMPARTIDA. DEL TRABAJO COLECTIVO RESCATO ESTE RELATO BREVE, CONCEBIDO CON LAS TECNICAS Y PLASTICIDAD DE LA NO FICCION. g.d.



NOCHE ROJA

Necesitó perpetuarse en un baño de Ciudadela.
La sala de espera, fría y nauseabunda, dio igual.
Los baños, no existían en esa estación de trenes.
Desesperado por estamparse en la pared, recogió su cortante del suelo, apenas entró. Es que distraído, se le había caído de las manos.
Eran más de las 2 y en el andén no se observaba público.
Dentro de la sala, un olor fétido le abrió los pulmones llenos de nicotina.
El fumaba sólo cigarrillos comunes y bebía cerveza. No como los otros: sus amigos del Fuerte Apache, que consumían también marihuana o adhesivos combinados con alcohol y hasta solvente.
Miró por los vidrios rotos y saboreó el aire fresco; los sonidos de los autos y el tren que desaparecía lo hicieron reaccionar.
Frente a él, un diario desarmado se deslizaba con rumbo impreciso.
Sacó su mano del bolsillo y se la pasó por la frente. El sudor, lo bañaba como en el sauna del Once: ése que por 20 pesos lo aliviaba, de vez en cuando.
Las palpitaciones de su joven corazón se aceleraron rápidamente. Se sentó en el suelo y volvió a buscar su cortante. Era rojo y negro.
Extendido sobre las baldosas húmedas, irguió el viejo "cuter" varias veces.
Después, lamió su hoja metálica con placer. El brillo lo conquistó.
Lentamente la bajó hasta su mano izquierda y comenzó a pincharse un dedo, otro y otro. A tajearse suavemente.
Su cara, iluminada por una rara y extravagante sensación, dibujó un éxtasis profundo y confuso.
La sangre, no tardó en aparecer y correr por su piel blanca. Con cuidado, detectó en la pared un espacio de cemento sin escritos. Allí se dirigió.
De pie, tambaleándose, escribió con letra apurada: "Aquí se pajea todos los viernes Ezequiel". Luego, escondió su mano en un pañuelo y se dio a la fuga.
GUSTAVO D´ORAZIO

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